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LA ERA DEL VACÍO
(0-16000 años) aprox.

Se dice que en los comienzos de Astranaar, todo era un único continente, una sola masa de tierra y oscuridad donde nada crecía y todo se sumía en un perfecto y armonioso caos gobernado por los Señores del Vació. No había hueco para la vida, todo era muerte, cada ápice de vida que luchaba por hacerse un hueco en Astranaar sucumbía ante los Lores del vació, y se sumaba a sus filas. Para los malvados gobernantes la vida era un sinónimo de poder, pues cuanta más absorbían más poderosos se hacían.

Los Señores del Vació campaban a sus anchas por todo el continente haciendo lo que querían cuando disponían, eran seres de pura oscuridad y maldad, entes viles y con ansias de poder que continuamente estaban en conflictos unos con otros para obtener aún más. Usaban a todo ser que intentaba hacerse un hueco en la vida para atraerlo hacia su vació y que le sirviese en sus propósitos. Hasta que un día, tras el longevo reinado de los Señores del Vació una luz iluminó todo Astranaar. Nadie sabe exactamente de donde vinieron o como se crearon, pero los Dioses llegaron y en una pequeña zona de Astranaar, por primera vez reino la luz y floreció la vida. Se cree que los Dioses provenían de un Plano Exterior, y cansados de ver tanta oscuridad y sufrimiento intervinieron en el mundo. 

Llegó Lumien liderando a sus hermanos y hermana; Arcanus, Hartos e Yseran y juntos crearon un pequeño reino de vida que poco a poco se fue expandiendo, hasta que los Señores del Vació se percataron de su presencia y los catalogaron como una amenaza. Los Dioses se enfrentaban a los Señores del Vacío con facilidad, ya que ellos estaban débiles y divididos,  uno a uno caían ante el poder de la luz. Tal fue la ofensa que les hicieron, que por primera vez todos ellos se aliaron bajo el mando del más poderoso de entonces, Diovdrol y se enfrentaron en las Guerras de la Eternidad  a los Dioses.

Los Dioses eran poderosos, pero los Señores del Vació les superaban en número y poder, por lo que poco a poco iban perdiendo más territorio y con ello el vacío y la oscuridad crecían, así como el poder de sus enemigos. Para evitar su anunciada derrota los Dioses se reunieron y buscaron ayuda en la creciente vida formada gracias a su presencia en Astranaar, no buscaron a un ser con poder o fuerza, ni siquiera con habilidades en combate, sino que buscaron al ser más astuto e inteligente que pudieron encontrar, un zorro rojo. Los Dioses se reunieron para hacer un ritual de sangre y así otorgar un gran poder al zorro, con la única condición de que les ayudase a plantar cara a aquellos que pretendían llenarlo todo de oscuridad y vació. El pequeño zorro aceptó, y se sumó a ellos como uno más, bajo el nombre de Vulpex.

Tras una retirada de los Dioses por su pérdida temporal de poder a causa del ritual, los Señores del Vacío conquistaron todo el territorio de los Dioses, exceptuando su última fortaleza, Ilumietar, su último bastión, su hogar. Cuando todo parecía perdido gracias a las estrategias de Vulpex pudieron engañar a los Señores del Vacío y hacer que se paleasen entre sí, creyendo en su inminente victoria. Los Dioses aprovecharon ese instante para derrotar a los Señores del Vacío en La Batalla de las eras, y así librar a Astranaar de su yugo. Con la derrota de los Señores del Vació la era llegó a su fin y empezó la Era del Renacimiento, donde la vida por fin podía florecer en Astranaar.

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