LA BATALLA DE LAS ERAS

La Batalla de las Eras, así recibió el nombre de la última batalla entre los Señores del vacío y los Dioses. El final de todo conflicto entre ellos, y la derrota del vacío frente a las fuerzas de la luz. El conflicto marcó el final de las Guerras de la Eternidad. Esta batalla sucedió en las peores horas de la historia, justo al borde de las destrucción de todo el territorio restante de la luz, Ilumietar. Los Señores del Vacío habían llegado a sus puertas y en la ciudad solo los dioses eran una amenaza, pues el resto de seres vivos que estaban allí en ese momento, tan solo huían de la amenaza del vacío y no eran más que bestias y animales pacíficos y sin poder.

Vulpex ideó una táctica, en la cual fingiendo que traicionaba a los dioses, habló con un Señor del Vacío menor, y le ofreció las cabezas del panteón a cambio de que le dejase marchar, el señor acepto, ya que así su poder se vería incrementado hasta límites muy superiores que Diovdrol (líder por aquel entonces de los Señores del Vacío). No tardó en empezar a hacer planes, y el Señor del Vacío confabuló con otros para así conseguir aún más poder y derrocar a Diovdrol convirtiéndose en el señor más poderoso.

En tan solo unos días los Señores del Vacío se enzarzaron en peleas y batallas entre ellos, pues a pesar de todo, no podían dar de lado su naturaleza. Diovdrol intentó disuadirles, pero los planes de Vulpex ya estaban en marcha. Se formaron dos bandos uno liderado por Diovdrol y otro por los Señores del Vació que engañados por la treta de Vulpex buscaban más poder a costa de sus iguales.

Los Dioses aprovecharon la rebelión de sus enemigos, para involucrarse en sus contiendas y darles caza. Fue entonces cuando salieron a su encuentro fuera de Ilumietar, y en la batalla que se estaba llevando a cabo entre los dos bandos de los Señores del Vacío apareció Lumien seguido de sus hermanos y Vulpex, derrotando a todos los señores y sus huestes. Tras la derrota de el último de ellos la luz reino en todo Astranaar.

Según cuenta la leyenda las huestes de los Señores del Vació regresarán y pondrán patas arriba Astranaar de nuevo, será entonces cuando Lumien rompa el Pacto de emancipación y regrese para luchar por los mortales una última vez, en lo que se conocerá como El Final de la Luz.

Obviamente esto es solo una leyenda, y como tantas otras hay miles de versiones, canciones, cuentos, fábulas, libros, pergaminos e historias con cientos de diferencias cada una, pero todas concuerdan en lo mismo: "aquella vez los dioses perdieron, aquella vez recurrieron a una criatura mortal para luchar y aquella vez el vació fue derrotado por él mismo, y no por el poder de la luz", aunque ningún bardo lo cuenta así los más catedráticos lo saben, la fábula no habla del triunfo de los dioses, sino de su futuro e inminente fracaso en El Final de la Luz. Muchos de ellos creen que los ascensos como dioses de Niveno y Talkros no fueron por sus actos, sino porque necesitan seres de igual poder que luchen a su lado la próxima vez.

La versión más conocida de la leyenda de La Batalla de las Eras viene en forma de canción, que se entona en las mejores tabernas y los palacios más refinados, y siempre llena de esperanza a los que la escuchan.

Cuando el vació asoló el corazón

y la luz se quebró con temor

ante las puertas de los dioses llegó

unas sombras perversas con ambición.

Cuando la esperanza dio su último adiós

y los que luchaban pensaron en rendición

aquel joven zorro cumplió su misión

y engañó a los viejos vacíos de honor.

La luz del mañana volvió a arder

y la lucha paso de dos a tres

cargaron sus armas por última vez

y acabaron con la sombra antes del anochecer.