LUMIEN, EL CREADOR , EL DIVINO

Lumien también conocido como el creador o el divino, es el líder del Panteón de los 7, hermano mayor de Arcanus y Hartos y hermano menor de Yseran. Es el dios más poderoso, su dominio mayor es el de la luz y su dominio menor es el de la justicia. Tiene una gran cantidad de adoradores por toda Astranaar. Los mortales le adoran bajo la Iglesia de la luz y la verdad cuyo símbolo es el de un sol amaneciendo. Los Capas blancas también lo siguen y usan una variación de este símbolo para representar su orden.

Antes de que crease el Pacto de la Emancipación, se dice que Lumien se involucró con los mortales en muchas ocasiones, incluso después de fírmalo. Algunos creen que fue él quien guío a Talkros hacia la conquista de Astranaar. También se dice que se disfrazaba de simples mortales para realizar actos que les infundiesen valor y así ayudarles a hacer acciones que beneficiarán a la luz.

Él diseñó Ilumietar en tan solo 7 días, mientras sus hermanos le proporcionaban los materiales para ello, él era el arquitecto y Hartos el constructor. Su presencia perdura por siempre y no hay lugar en todo Astranaar que no se le conozca. Se representa de muchas maneras distintas, como un ser de luz, como un anciano poderoso, como un joven con una espada llameante... Son muchas las formas en las que Lumien es representado, pero nadie sabe a ciencia cierta cuál es su aspecto ya que no quedan archivos de él, y no se dejaba ver con su aspecto real. Se suele representar con su arma "Luz incandescente", un arma de pura luz que cambia su forma a voluntad del portador y que usó contra los Señores del Vacío.

Entre muchas de las leyendas que circulan por el mundo, la más importante es la del Final de la Luz, la cual anuncia el final de los días y de la luz, con el advenimiento de los Señores del vació, y es en ese momento cuando Lumien volverá a Astranaar para combatir por la luz una vez más junto a los dioses. Para muchos habitantes de Astranaar, la leyenda del Final de la Luz son fábulas para niños, para adoctrinarlos y hacer que se porten bien, mientras que otros aprovechan cualquier evento con tintes cataclísmicos para llamarlo el Final de la Luz.

Se dice que Lumien también es el creador de los Salones de Luz, lugar al que las almas de los dignos y benevolentes van al morir si han seguido la senda de la Luz. Es el que mantiene las puertas de salida cerradas de las Cámaras del Vacío, lugar donde van aquellas almas alejadas de la luz y la creación, haciendo que ninguna poderosa o mezquina criatura pueda escapar por si sola. Según la leyenda todos los dioses pueden decidir quien va a un lugar u a otro tras su muerte, pudiendo juzgar siempre a sus propios devotos. Los no creyentes o seguidores de ninguna fe suelen ser juzgados por Lumien.

Entre todas sus capacidades y poderes los mortales destacan su capacidad de llevar la luz a los rincones más recónditos de la existencia. Es capaz de curar la oscuridad del corazón de cualquier ser, por muy negra y corrompida que esté. También se dice que su mayor poder es el de perdonar a los arrepentidos cuando les llega su hora, aunque no siempre hayan seguido por la senda de la luz, incluso si alguna vez se desviaron mucho, si realmente te arrepientes él te dará paso a los Salones de Luz.

Lumien es considerado por muchos la encarnación de la luz, la bondad y la justicia y el líder del panteón. Como de todos los demás dioses, son pocas las leyendas que han llegado hasta la fecha intactas, por culpa a la Era de la Guerras y al desmembramiento, no existen libros sagrados demasiado extensos, y la mayoría de ellos son doctrinas escritas por algún devoto o filosofo en el que recogen unas pocas leyendas. Normalmente estos libros sagrados están asociados a las iglesias, y los usan como propaganda y para difundir su fe. Gran parte de la información de los dioses se perdió en el cataclismo, aunque de Lumien es del que más se tiene.

El dominio principal de Lumien, la luz, se le otorga de manera primordial como su forma de ser, mientras que el de la justicia es algo que le han otorgado los mortales. En un inicio se le otorgó el dominio porque los mortales lo veían como un dios justo, que permitía el paso al reposo eterno en los Salones de la Luz a aquellos de buena alma. Pero con el paso del tiempo Lumien ha estado presente en sentencias, penitencias y leyes de cientos de países, además de ser enarbolado como un estandarte por cientos de paladines y clérigos como ejemplo de la verdad, el bien y el deber. Todo ello ha hecho que entre la gente común se conozca a Lumien como el dios de la justicia, además de la luz y el bien.