ISLA MORKONDO

La Isla Morkondo se encuentra en el Mar Volcánico y pertenece a la nación de Ekreber. Es famosa por tener la mejor forja de todo Seltos construida dentro de un volcán activo. Dentro del volcán que recibe el mismo nombre que la isla no solo se encuentra la forja, sino toda una ciudad excavada en sus paredes, donde los miembros más afortunados del clan de los Forjadores de Leyendas duermen, trabajan y hacen su día a día.

La forja de Morkondo se encuentra sobre una gran plataforma de piedra que se extiende por toda la superficie del volcán, sobre un lecho de magma. La forja toma directamente el incandescente magma para calentar los metales y hacer sus maravillosas y únicas obras magistrales. La Gran Forja de las Leyendas (nombre que recibe por los enanos), solo puede ser usada por los maestros artesanos más experimentados y hábiles del clan de los Forjadores de Leyendas. La forja se encuentra en el centro exacto de la gran plataforma.

Cuando la Gran Forja de las Leyendas no está en uso se sumerge en el caliente y abrasador magma bajo la plataforma y se vuelve a elevar cuando se necesita. La forja está construida con una extraña aleación resistente al fuego, algunos creen que se trata de fuego compacto, el mismo material que usan las ciudades del Reino del Fuego en el Plano Elemental. Pero lejos de ser eso se trata de una aleación de adamantita y piedra magmática.

La forja es un gran yunque que siempre se encuentra de un color amarillo blanquecino debido a su contacto con el magma, rodeado por tres fuentes de lava a cada uno de sus lados que la mantienen caliente y hacen que el yunque no pierda ni un ápice de calor. En el único sitio donde no se encuentran esas fuentes está el lugar donde el artesano trabaja el metal, sobre una pequeña plataforma a la que se accede por unas escaleras. Cerca de la plataforma un barril de adamantita templa el metal con todo tipo de líquidos fríos distintos, aportando según el liquido propiedades especiales extra al objeto.

La ciudad se encuentra excavada en las paredes del interior del volcán y conforman un entramado de pasillos corredores, escaleras y salas por la que es muy fácil perderse si desconoces la zona. La principal funcionalidad de la ciudad es la elaboración de majestuosos productos, por lo que la mayoría de sus salas son almacenes, pequeñas forjas, zonas de descanso o comedores para los trabajadores. Toda la ciudad goza de la característica arquitectura enana, con sus ángulos rectos, figuras geométricas, refuerzos y decoraciones en metal. La mayoría de salas y habitaciones de la ciudad tienen un balcón o ventana hacia la Gran Forja de las Leyendas, donde pueden observar el evento tan importante que resulta de la forja de un objeto de tan alta calidad.

Sus habitantes viven por y para la forja, en especial para la forja de grandes y maravillosos objetos en la Gran Forja de las Leyendas, reservada a materiales de altísima calidad, que por lo general suelen ser muy escasos. Apenas se forjan uno o dos objetos en la Gran Forja al año, o incluso menos. La exigencia de los enanos y su pasión por el trabajo bien hecho hace que sea muy puntillosos a la hora de considerar un material realmente único y exquisito. Aún así todos los días llegan a la isla barcos desde Kaz-Kebrek con materiales de alta calidad que se refinan y trasforman en objetos en forjas auxiliares.

La creación de algún objeto en la forja principal es un evento esperado por muchos, un espectáculo de la más alta artesanía, donde los observadores esperan con ansias tener algún día las capacidades suficientes para poder elaborar allí un objeto. Tras la forja de un objeto se hacen celebraciones y festines. Actualmente solo existen tres artesanos capaces de usar la Gran Forja de las Leyendas. Se dice que cuando un artesano está preparado para usarla el primer objeto que creé será para él, como símbolo de su maestría.

Solo se le permite la entrada a Morkondo a los miembros del clan de los Forjadores de Leyendas, estando prohibida la entrada a cualquier otro individuo, ya sea enano o no, salvo situaciones excepcionales.