LOS CACHATA

Los Cachata son la tribu de dracónidos más famosa y conocida de todo Seltos, son conocidos por su agua milagrosa y por ser los guerreros más fieros y agresivos del continente. Viven en la ciudad de Orcuz y cuenta la leyenda que construyeron la ciudad, entorno a la guarida de su líder, un dragón dorado, que salió a combatir a las Llanuras Desoladas, mientras los Cachata aún esperan su regreso.

Entre los Cachata está la creencia de que su líder, aquel que les ayudó cuando las criaturas de las Llanuras Desoladas los cercaban, volverá algún día a su hogar, pero no será en forma de dragón, sino en forma de dracónido, con unas escamas más brillantes que el oro. El dragón dorado rencarnado o como lo llaman ellos el Or´iogot regresará para liderar a todo el clan y vaciar de enemigos las Llanuras Desoladas, guiándolos hacia mejores tiempos. Según se dice el Or´iogot será un poderoso guerrero ducho en todas las artes de combate, de anchos hombros y gran inteligencia, al que ningún enemigo podrá vencer.

Los Cachata son un pueblo guerrero y son los únicos que han sabido, no dominar, sino aprender a sobrevivir en las Llanuras Desoladas, nadie más puede. Su ciudad Orcuz está en el corazón del yermo gélido que son las llanuras, y solo ellos saben como llegar a la ciudad con el menor riesgo posible y evitando a la gran mayoría de bestias de los páramos. La tribu de dracónidos se ha convertido en el depredador más fuerte de todas las llanuras, pero solo si van en caravana el número suficiente de soldados para enfrentarse a cualquier bestia, y solo sobre la superficie.

Bajo las Llanuras Desoladas hay una grandísima red de túneles en la que bestias y criaturas aún más feroces viven y se ocultan de la luz del sol. Nadie que ha bajado a los túneles ha regresado con vida, ni siquiera los Cachata. Es por ello que la tribu espera el regreso de su Or´iogot para acabar con las criaturas que infestan su tierra.

Los Cachata son un pueblo orgulloso, guerrero y honorable en el combate, tienen su propia cultura, su propias leyes y creencias. Entre las más conocidas se encuentran:

No adoran a los 7 divinos, sino que veneran al Dragon Dorado y su predestinado regreso (el cual solo conoce su auténtico nombre el líder del clan).
Son analfabetos, concentran sus esfuerzos en aprender a luchar y a sobrevivir, no en aprender a leer. Muchos de ellos ni siquiera hablan lenguaje común.
No se permite hacer hoyos en las Llanuras, ya que puedes llegar sin querer a la red de túneles.
Hablar con una embarazada esta mal visto, porque se piensa que para que el bebé nazca fuerte solo debe escuchar la voz de su madre.
Nadie puede taparse el rostro en Orcuz, ya que se considera un lugar seguro donde no hay nada que esconder.
Adoran al Dragón. Gracias a las aguas del estanque les otorga lo que llaman la segunda oportunidad o bendición del dragón (volver a renacer y curarse incluso de las heridas más letales).
Jamás entablarán un combate con ventaja contra una criatura inteligente si muestra tener honor, defienden los duelos entre iguales.
Respetan la fuerza de otros guerreros, y algunos pueden seguir a otras criaturas de fuera del clan, si demuestran grandes proezas de fuerza o determinación.
Se cree que el futuro Or´iogot vendrá de fuera de las Llanuras Desoladas.

Los Cachata son liderados por un consejo de los más sabios de su tribu, pero el puesto de jefe de la tribu está otorgado al mejor soldado de todos, ya que su fuerza servirá para guiar al resto. El líder tiene sus escamas pintadas en dorado. Según las creencias de los Cachata cuanto más claras sean tus escamas mayor grandeza te depara el destino. Las leyes de los Cachata para los extranjeros son simples, no robar, no matar y no perjudicar a la tribu. En cambio entre ellos tienen leyes que solo los miembros conocen, con el objetivo de hacer que su tribu crezca y sea cada vez más fuerte y autosuficiente.

El consejo de sabios de la tribu se mantiene siempre en el Argren Hisgramor, lugar donde se encuentra el lago de aguas curativas. Y para hablar con ellos hay que ser el líder, ser llevado ante ellos o pedir audiencia. Normalmente ser llevado ante los sabios no es una buena noticia.