EL MAGO DEL DESIERTO ORCO

La historia del Desierto Orco es triste, desoladora y el ejemplo perfecto de lo que la locura, corrupción y ansias de poder pueden hacer. Era un oasis de paz, un lugar que había escapado del desmembramiento, hasta que la locura atacó al poderoso mago que hacia de aquel lugar un paraíso en la tierra.

Cuando el mago desapareció derrotado por sus antaño sirvientes, convertidos ahora en esclavos de sus designios a causa de su recelosa locura, el oasis se quebró, y la verde fauna, fértil tierra y grandes lagos se trasformaron en un seco y agrietado desierto. La gran fortaleza o torre del mago acabó siendo el hogar del líder de guerra, y sus conocimientos destruidos por las ansias de sangre que los antiguos sirvientes habían heredado tras la maldición del mago.

La realidad es que aquel mago no murió, sino que en su decadencia consiguió hallar aquello que tanto buscaba, la inmortalidad. Sus estudios nunca habían dado su fruto, pero tras crear la tan horrible maldición que convirtió a los seres que antes le servían en criaturas espantosas con un ansia de sangre y lucha insaciable, lo consiguió. Durante la maldición pudo esconderse en los niveles subterráneos de su fortaleza, niveles a los que los nuevos orcos no sabían como acceder. Con el tiempo le olvidaron, y el mago sigue a día de hoy enfrascado en sus enfermizas investigaciones, cada vez más enloquecido y devorado por unas dementes ansias de poder.

El mago ya no interactúa con los orcos, el los ignora y ellos han olvidado su existencia. De vez en cuando desaparecen orcos en la fortaleza, cosa bastante habitual, aunque alguno de ellos va a parar a los locos experimentos del antiguo señor del oasis.

La maldición que tienen los orcos ya es incurable, en un inicio si el mago moría la maldición se desvanecía, pero ahora se ha convertido en un rasgo genético de toda una raza. Existen casos en los que unos pocos orcos han conseguido librarse del ansia de sangre, pero su caso se cuenta de 1 entre 1 millón.

Prácticamente nadie sobre Seltos sabe o recuerda quien es aquel mago, y los poquísimos historiadores que lo conocen piensan que murió cuando el oasis se transformó en el Desierto Orco.