SECRETOS DE LOS JARDINEROS

Los Jardineros, una organización de monjes que se mueven en busca de la iluminación, no adoran a ninguna divinidad, ni se dejan influir por cosas materiales o emocionales, buscan la iluminación de su alma como forma de trascendencia. Son monjes guerreros que saben como luchar, y defienden tanto la cultivación del cuerpo, como de la mente para hallar su iluminación.

Tienen artes propias que solo ellos conocen, como volcar sus almas en sus armas haciendo que ganen un color brillante con propiedades abrasivas, o el uso de técnicas mentales para convencer a los demás o alterar la realidad. Entre sus miembros defienden que todo ser es bueno por naturaleza, y que descubrirse a uno mismo es el único camino para la iluminación, hallando la bondad de su interior.

Muchos de los monjes salen al exterior para probarse en situaciones reales, en las que intentan ponerse a prueba mientras ayudan a quien lo necesite. No es de extrañar encontrarse a un Jardinero haciendo una buena acción y ayudando a quien pida ayuda.

Muy pocos de los miembros alcanzan lo que ellos llaman la iluminación, aunque según ellos todos logran cierto grado de esta, haciéndolos seres bondadosos y correctos, ya que se acercan a la naturaleza de su alma. Esto no es del todo cierto, pues hay un reducido número de ex miembros de los Jardineros que conocen sus técnicas y han estado años junto a ellos, alcanzado un grado de iluminación, que lejos de ser bondadoso, han demostrado una vileza y crueldad en sus almas que nadie puede salvar.

Estos renegados son conocidos como Arquitectos por los Jardineros, y les está prohibido hablar de ellos. Se les llama así porque en vez de cultivar sus almas para que florezcan las construyen a la manera que les convenga para conseguir sus propósitos. Muchos de los Jardineros salen del convento para darles caza, algunos con la idea de volverlos a la senda de la iluminación.

Los arquitectos suelen ser maestros entre los Jardineros que cansados de buscar una iluminación que nunca llega se malogran hasta que su alma se vuelve malvada. Suelen ser mucho más poderosos en sus artes que los Jardineros, pues buscan poder a toda costa, sin importan consecuencias o daños colaterales.

Se puede identificar a un Arquitecto por el color de u alma volcada en su arma, mientras que las de un Jardinero suelen ser colores claros y apacibles, las de un Arquitecto son de colores oscuros o conflictivos.